Et unum hominem, et plures in infinitum, quod quis velit, heredes facere licet - wolno uczynić spadkobiercą i jednego człowieka, i wielu, bez ograniczeń, ilu kto chce.

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 Debería estar avergonzado, viejo  escupió.
 Lo siento, yo...
 Ensuciar el suelo con tu viejo cuerpo tullido es terriblemente desconsiderado. ¿Te das
cuenta que tu fealdad me ha estropeado el día? Una muchacha no puede pasearse por
las salas estos días sin que le den náuseas.
Las palabras eran rudas, pero sus facciones permanecían inexpresivas.
 Hueles horriblemente  dijo otro ciudadano, un macho adolescente . ¿No ves que la
uremia te está matando? Venga, aquí tienes una botella de rojo feliz. No deberías
prolongar tu agonía como lo haces. Consigues hacernos sufrir cuando te miramos.
Larry se acurrucó en un rincón oscuro tras un expedidor de alimentos, pero aun así
dieron con él y continuaron increpándole por permanecer vivo. Pidió comida, pero los que
le escuchaban se encogieron de hombros y siguieron su camino. La mayoría ni siquiera
miró en su dirección.
 Comida  le dijo al expedidor . Necesito algo para comer.
 Desautorizado. No tienes créditos  dijo la máquina.
Larry comenzaba a darse cuenta de la situación. Tendría que actuar rápidamente si
quería sobrevivir.
 ¡COMIDA!  gritó, golpeando al expedidor con su puño . Aliméntame, maldita seas, o
rasgaré tu piel y tomaré lo que quiera.
Las grietas de la piel metaloide se ensancharon al continuar los puñetazos de Larry.
Una luz roja parpadeó encima del orificio de entrega. Larry se detuvo. Su piel, macerada
por la suspensión, comenzó a agrietarse y a romperse. De la testaruda máquina gotearon
lubricantes. Una cámara situada en lo alto de la pared enfocó a Larry.
 Anciano, este escándalo me irrita  dijo la hembra del blusón verde, que había vuelto.
Larry se retiró a un rincón, hosco. Ella palmeó el dañado expedidor y recibió su comida,
un nudoso objeto de un pie de largo de consistencia semejante a la del pan y con una
superficie de corte jaspeada. La mujer arrancó una generosa porción de un mordisco y se
aproximó, hablándole con la boca llena.
 Ni siquiera puedo disfrutar de la comida a la vista de tu feo y deformado...
La escuadra de seguridad apareció en la escena del ataque, buscando con haces
luminosos detrás de los conductos de aireación y tuberías, mientras el equipo blanco
tranquilizaba a la histérica muchacha.
 Pero yo estaba utilizando las técnicas estándar de «precipitación de su suicidio»
cuando él me atacó. No estaba previsto que hiciera eso.
 Creo que no es uno de nuestros dóciles ciudadanos recientes. Fue suspendido hace
largo tiempo  suavizó el meditec.
 Pero no me pagan por correr estos riesgos. ¿Cómo está mi tobillo?
 Bien. Podrás prescindir de la tobillera dentro de unos cincuenta días. ¿Te sientes con
fuerzas para hablar con Seguridad?
Ella asintió y repitió su historia.
 Ni siquiera tiene piernas. ¿Por qué querría vivir? Se arrastró en esa dirección,
tragándose mi pan de frutas. ¿Veis la pista de migas?
Tal pista era corta. Terminaba en una escotilla de acceso a «servicios», la cubierta
estaba fijada por un soporte retorcido. La escuadra se turnó, enfocando sus luces al
interior del oscuro y mohoso espacio que quedaba entre los muros. Cada uno de ellos
miró dentro, advirtiendo la pista de marcas en el espeso polvo.
 El tullido parece un pequeño rebelde animoso  dijo el jefe de la escuadra . Pero,
ciertamente, los habitantes de los cimientos se encargarán de él  los demás asintieron y
colocaron en su sitio la cubierta de la escotilla.
Larry arrastraba el nudo de su ropa por el espeso polvo. Un amasijo de columnas y
cables recubiertos de polvo y oscuridad se extendía enfrente de él. Avanzaba
cautelosamente, consciente de la caída de media milla que le aguardaba en caso de
resbalar.
 El rojo feliz es innecesario aquí  sonrió con una mueca . Si me canso de luchar, todo
lo que tengo que hacer es lanzarme al espacio y dejar que la gravedad se encargue de
mis penas.
Sus brazos se cansaron rápidamente. Trató de subir a un nivel distinto, donde
Seguridad pudiera no estarle buscando. Tras un breve esfuerzo se durmió. El polvo se
apelmazaba en sus orificios húmedos: ojos, nariz, boca, ureterostomia y colostomía. Al
despertar maldijo al polvo.
 ¡Condenación! Aquí nunca seré capaz de librarme de los gram negativos.
Un día más tarde estaba colocado junto a un respiradero cuando un movimiento, a su
espalda, le sobresaltó. Se volvió para ver una tosca criatura como él mismo, cubierta de
polvo. Se contemplaron mutuamente de hito en hito. Sólo un pequeño rayo de luz
iluminaba la escena. El recién llegado rompió el silencio abruptamente.
 ¡Te falta algo!  exclamó.
Larry contestó con un gruñido.
 Despacio, pequeñín. No voy a hacerte daño. De todas formas no tienes sobre ti la
suficiente carne  le tranquilizó el otro.
Larry observó cómo la enorme forma se movía silenciosamente entre los cables
dirigiéndose hacia el otro extremo del corredor. Multitudes de ciudadanos letárgicos
deambulaban en la brillante luz. La compuerta de acceso era pesada y estaba cerrada
desde el exterior. Larry contempló a la multitud mientras unos dedos negros se
introducían por la rejilla y lentamente comenzaban a retorcerla. La suciedad saltaba de
aquellos dedos al mismo tiempo que el metal chirriaba. Escudriñó la multitud. Miembros
uniformados de la escuadra de seguridad aparecieron en el extremo opuesto de la sala.
Se aproximaban verificando expedidores y compuertas.
 Seguridad  siseó Larry.
Los negros dedos se retiraron.
 Gracias  cabeceó la silenciosa forma, mientras se retiraba a lo largo de la parte
superior de un conducto de aire. Más tarde volvió con comida.
 Toma, ganaste esto. Puedo emplear un vigía. Da la impresión de que sabías usar tu
par de piernas.
Larry aceptó la comida, paquetes de galletas planas recubiertas de pegajosa proteína.
 Seríamos un buen equipo  murmuró . Mis ojos y tus piernas.
Estudió la polvorienta figura, más ancha que la del ciudadano medio, pero [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]

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    Fallite fallentes - okłamujcie kłamiących. Owidiusz
    Diligentia comparat divitias - pilność zestawia bogactwa. Cyceron
    Daj mi właściwe słowo i odpowiedni akcent, a poruszę świat. Joseph Conrad
    I brak precedensu jest precedensem. Stanisław Jerzy Lec (pierw. de Tusch - Letz, 1909-1966)
    Ex ante - z przed; zanim; oparte na wcześniejszych założeniach.