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como una nia, como una chicuela. Por supuesto, mi buen corazón tiene la culpa de
todo. Me estuve dando importancia, como sucede siempre que empezamos a
examinar nuestra vida. Y para corregir esa falta me he propuesto enterarme
detalladamente de todo lo que toca a usted. Ahora bien, como no tengo a nadie que
me pueda dar informes, usted mismo habr de contrmelo todo, revelarme todo el
secreto. A ver, qu clase de hombre es usted? Hala, empiece, cunteme toda la
historia!
Historia! exclam sobrecogido. Historia! Pero quin le ha dicho que tengo
historia? Yo no tengo historia...
Puesto que ha vivido usted, cómo no va a tener historia? me interrumpió riendo.
No ha habido historia de ninguna clase, ninguna. He vivido, como quien dice,
conmigo mismo, es decir, enteramente solo, solo, completamente solo. Entiende
usted lo que es estar solo?
Cómo solo? Es que no ve nunca a nadie?
Ah, no! Ver, s veo; pero solo, a pesar de ello.
Entonces qu? Es que no habla con nadie?
En sentido estricto, con nadie.
Entonces, explquese. Qu clase de hombre es usted? Djeme adivinarlo. Usted,
como yo, probablemente tiene una abuela. La ma est ciega. Nunca me deja ir a
ninguna parte, de modo que casi se me ha olvidado hablar. Y cuando un par de aos
atrs hice ciertas travesuras, y ella vio que no poda hacer carrera de m, me llamó y
prendió mi vestido al suyo con un imperdible. Desde entonces as nos pasamos
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sentadas das enteros. Ella hace calceta aunque est ciega; y yo, sentada a su lado,
coso o le leo algn libro. De esta manera tan rara, prendida a otra persona con un
alfiler, llevo ya dos aos.
Qu desgracia, Dios santo! No, yo no tengo una abuela como sa.
Si no la tiene, por qu se queda usted en casa?
Escuche. Quiere saber qu clase de persona soy? Pues s.
En el sentido riguroso de la palabra?
En el sentido ms riguroso de la palabra.
Pues bien, soy... un tipo.
Un tipo. Un tipo? Qu clase de tipo? gritó la muchacha, riendo a borbotones,
como si no lo hubiera hecho en todo un ao. Es usted divertidsimo. Mire, aqu hay
un banco. Sentmonos. Por aqu no pasa nadie. Nadie nos oye y... empiece su historia.
Porque, no pretenda lo contrario, usted tiene una historia y trata sólo de escurrir el
bulto. En primer lugar, qu es un tipo?
Un tipo? Un tipo es un original, un hombre ridculo contest con una carcajada
que empalmaba con su risa infantil. Es un bicho raro. Oiga, sabe usted lo que es un
soador?
Un soador? Cómo no voy a saberlo? Yo misma soy una soadora. Hay veces,
cuando estoy sentada junto a la abuela, que no s por qu motivo no se me ocurre
nada. Pero me pongo a soar y a ensimismarme hasta que..., en fin, qu me caso con
un prncipe chino. A veces eso de soar est bien... Por otra parte, quiz no. Sobre
todo si ya hay bastantes cosas en que pensar agregó la joven hablando ahora con
relativa seriedad.
Magnfico! Si alguna vez decide casarse con un emperador chino, entender lo que
digo. Bueno, oiga... Pero, perdón, todava no s cómo se llama usted.
Por fin. Pues s que se ha acordado usted temprano!
Ay, Dios mo! No se me ha ocurrido siquiera. Como lo he estado pasando tan
bien...
Me llamo... Nastenka.
Nastenka. Nada ms?
Nada ms? Le parece poco, hombre insaciable?
Poco? Todo lo contrario. Mucho, mucho, muchsimo. Nastenka, es usted una chica
estupenda si desde el primer momento ha sido Nastenka para m.
Precisamente. Ya ve.
Bueno, Nastenka, escuche y ver qu historia ms ridcula me sale.
Me sent junto a ella, tom una postura pedantescamente seria y empec como si
leyera un texto escrito:
Hay en Petersburgo, Nastenka, si no lo sabe usted, bastantes rincones curiosos. Se
dira que a esos lugares no se asoma el mismo sol que brilla para todos los
petersburgueses, sino que es otro el que se asoma, otro diferente, que parece
encargado de propósito para esos sitios y que brilla para ellos con una luz especial. En
esos rincones, querida Nastenka, se vive una vida muy peculiar, nada semejante a la
que bulle en torno nuestro, una vida que cabe concebir en lejanas y misteriosas
tierras, pero no aqu, entre nosotros, en este tiempo nuestro tan excesivamente serio.
En esa otra vida hay una mezcla de algo puramente fantstico, ardientemente ideal, y
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de algo (ay, Nastenka!) terriblemente ordinario y prosaico, por no decir
increblemente chabacano.
Uf! Qu prólogo, Dios mo! Qu es lo que oigo?
Lo que oye usted, Nastenka (me parece que no me cansar ya nunca de llamarla
Nastenka), lo que oye usted es que en esos rincones viven unas gentes extraas: los
soadores. El soador si se quiere una definición ms precisa no es un hombre sabe
usted? sino una criatura de gnero neutro. Por lo comn se instala en algn rincón
inaccesible, como si se escondiera del mundo cotidiano. Una vez en l, se adhiere a su
cobijo como lo hace el caracol, o, al menos, se parece mucho al interesante animal,
que es a la vez animal y domicilio, llamado tortuga. Por qu piensa usted que se
aficiona tanto a sus cuatro paredes, indefectiblemente pintadas de verde, cubiertas de
holln, tristes y llenas de un humo inaguantable? Por qu este ridculo seor, cuando
viene a visitarle uno de sus raros conocidos (pues lo que pasa al cabo es que se le
agotan los amigos), por qu este ridculo seor le recibe tan turbado, tan alterado de
rostro y en tal confusión que se dira que acaba de cometer un delito entre sus cuatro
paredes, que ha fabricado billetes falsos, o que ha compuesto algunos versecillos para
mandar a alguna revista bajo carta anónima en la que declara que el verdadero autor
de ellos ha muerto ya y que un amigo suyo considera deber sagrado darlos a la
estampa? Diga, Nastenka, por qu no cuaja la conversación entre estos dos
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Cytat
Fallite fallentes - okłamujcie kłamiących. Owidiusz
Diligentia comparat divitias - pilność zestawia bogactwa. Cyceron
Daj mi właściwe słowo i odpowiedni akcent, a poruszę świat. Joseph Conrad
I brak precedensu jest precedensem. Stanisław Jerzy Lec (pierw. de Tusch - Letz, 1909-1966)
Ex ante - z przed; zanim; oparte na wcześniejszych założeniach.